Este tipo de epilepsia está relacionado con el ciclo menstrual de la mujer y se debe a la retención de agua y al aumento de estrógenos y progesterona.
Las mujeres epilépticas tienen además un 33 por ciento menos de probabilidad de quedarse embarazadas por causas como tener un ciclo anovulatorio, el síndrome de ovario poliquístico, disfunción sexual o disminución de libido.
Si una mujer epiléptica concibe un hijo, se debe hacer un seguimiento de su tratamiento algo más controlado, adaptando el fármaco utilizado contra la epilepsia para que este interfiera lo menos posible en el embarazo. En más del 90 por ciento de los casos, los fetos de estos embarazos nacen sin ningún tipo de problema.
La probabilidad de que un hijo herede la epilepsia de sus padres es muy baja: si el padre padece epilepsia, el hijo tiene 2,4 por ciento de posibilidades de contraerla; si es la mujer la que la padece, el porcentaje sube a un 8,7 por ciento.