14 de noviembre de 2018
Un hígado de resina en quirófano para operar mejor a los enfermos de cáncer

Un "software" que analiza pruebas de diagnóstico por imagen permite hacer cirugía laparoscópica en casos que antes no podían beneficiarse de ella.

Tener un cáncer de hígado no es una buena noticia para nadie, pero los avances de la medicina han hecho que hasta una tercera parte de los pacientes diagnosticados precozmente con esta enfermedad sigan vivos a los cinco años del diagnóstico. La extirpación quirúrgica del tumor es clave para conseguir superarlo, pero no todas las cirugías son iguales.

Lo sabe bien el jefe del Servicio de Cirugía Hepatobiliopancreática del Hospital Universitario Infanta Elena, del grupo Quironsalud, Santos Jiménez de los Galanes, quien opera este tipo de lesiones a diario. Y sabe que la diferencia entre hacerlo por laparoscopia o no no es sólo el tiempo de hospitalización -que se reduce considerablemente- sino una menor incidencia de complicaciones postoperatorias y una mejora del resultado estético.

Este cirujano ha desarrollado un innovador programa de modelización tridimensional avanzada, una técnica que pretende mejorar la forma de llevar a cabo la cirugía en pacientes de cáncer de hígado. Dicho en otras palabras, se trata de que más enfermos puedan beneficiarse de la manera de operar menos invasiva, la laparoscopia.

Como subraya Jiménez, el problema del hígado es que es una "encrucijada vascular", un entramado de vasos sanguíneos que se asemeja a la copa de un árbol. "Si el tumor está pegado a una de las ramas principales, todo el árbol se queda sin savia, lo que es incompatible con la vida". La dificultad añadida es que para que los cirujanos sepan si ese es el caso tienen que verlo con sus propios ojos; las pruebas de diagnóstico por imagen no dejan hacerse una idea del panorama completo.