04 de septiembre de 2017
Perdida del cabello por estrés

En México es un problema que afecta a un considerable número de personas. Su incidencia es de 20.2 casos por 100 mil habitantes al año, con una prevalencia de 1.7% aproximadamente.

Los factores psico-emocionales y el estrés, en particular, forman parte de muchas enfermedades dermatológicas, entre ellas ciertas alopecias, que pueden presentarse de forma súbita y de manera difusa o por placas. El problema produce un impacto negativo en el paciente por la alteración de su imagen corporal y puede contribuir a agravar su ansiedad.

Una posible causa de la alopecia por estrés radica en el hecho de que las hormonas del estrés repercuten negativamente sobre los folículos pilosos. Cada folículo se halla rodeado por una red densa de fibras nerviosas. Sobre esta red actúan diversas sustancias mensajeras, como por ejemplo el neuropéptido sustancia P o el neurotransmisor noradrenalina. El número de fibras nerviosas no es estable, sino que varía a lo largo del ciclo de cada pelo. Estas fluctuaciones ejercen una influencia directa sobre el crecimiento cíclico del pelo. Asimismo la neurotrofina NGF (factor de crecimiento nervioso en sus siglas inglesas) regula indirectamente el crecimiento del cabello.

El estrés eleva la concentración de mensajeros químicos decisivos y por tanto el número de fibras nerviosas del folículo piloso. Si esto ocurre en el periodo en el que el pelo pasa de la fase anágena (de crecimiento) a la fase catágena (de transición), una serie de sucesos moleculares derivan en una reacción inflamatoria del folículo. Posteriormente se detiene el crecimiento del pelo de manera prematura. Con la ayuda de un médico es posible determinar si la alopecia puede deberse a otra causas aparte del estrés.